La Voz del Norte (1931-1932) en su contexto
comunicativo
Cuando el 4 de enero de
1931 apareció La Voz del Norte en la ciudad de Guía
de Gran Canaria*, el periodismo canario estaba
culminando una profunda mutación que, al calor de
las mejoras socioeconómicas traídas por los felices
años, le había permitido dejar atrás el estadio
ideológico de antaño para asumir otro esencialmente
informativo. En efecto, por entonces habían quedado
en una situación marginal los órganos de los
partidos políticos que, cuando el mercado lector era
muy reducido y la publicidad estaba en etapas
embrionarias, eran los periódicos punteros de las
islas por la estabilidad que, en tan precario
contexto, les daba el hecho de tener los fieles
suscriptores y anunciantes de los correligionarios.
Porque ahora, con
las recientes subidas de las tasas de
alfabetización, del poder de compra y, en
definitiva, del nivel de vida, las dos capitales
provinciales del archipiélago habían adquirido el
nivel de desarrollo socioeconómico suficiente como
para sustentar empresas informativas autónomas
capaces de ofrecer productos informativos que no
estaban al servicio de intereses políticos
concretos.
Las dos variables
que hicieron posible la modernización del sector
fueron, de un lado, el sostenido incremento del
público que demandaba, simple y llanamente,
información; y, de otro, el despegue de la
publicidad como recurso comercial rentable. En
efecto, ambos factores permitieron a los editores
relajar las ataduras ideológicas tradicionales para
atraerse al mayor número posible de lectores y, con
ellos, incrementar las tiradas y, paralelamente,
multiplicar los ingresos publicitarios, porque las
casas comerciales, en lugar de colocar los anuncios
por compromisos políticos como antaño, empezaron a
elegir los periódicos en función de su difusión.
Julio Antonio Yanes Mesa
Universidad de La Laguna
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